Estos chicos están en la edad ideal para empezar a comprender y aplicar las finanzas porque, por muy lejanos que les parezcan algunos temas, la base está en la planificación. «Al final, todo llega y, si no has tenido una buena planificación, lo vais a tener complicado», reflexiona Nacho. Este concepto, unido al de endeudarse con cabeza, son esenciales para llevar una vida económica saludable, que es el fin hacia el que guían tanto Nacho como Ruth: discernir qué gastos son necesarios y planear a corto, medio y largo plazo.
Ángelo ya ha interiorizado el concepto de planificación y sabe que, aunque aún queden algunos años para que llegue ese momento, cuando entre al mundo laboral debe tener claro a dónde quiere llegar y qué quiere hacer en su vida. El ahorrar para pagar unos estudios o saber cómo solicitar un préstamo son cuestiones que ha empezado a plantearse a raíz de estos talleres. El endeudamiento, del que todos huían al principio, también es un concepto que han comprendido mejor y del que son capaces de valorar oportunidades y riesgos. Tanto es así, que Ángelo ha querido compartir con su padre los valiosos conocimientos aprendidos y orientarle sobre créditos hipotecarios.
«Ninguno piensa en el ahorro, pero es un tema que les viene muy bien» reconoce Nacho. Y lo cierto es que los chicos confirman que era algo que nunca habían contemplado hasta ahora. Jorge, que aboga por reducir los gastos prescindibles, se queda con el consejo de ahorrar un 20 % de las ganancias. En el perfil opuesto encontramos a Milagros; apasionada de la estética que compraba todo el maquillaje que veía, pero ahora comprende que es mejor esperar y adquirir un mejor producto. Ha aprendido a valorar la necesidad de compra, identificar los gastos hormiga e invertir porque, para ella, la clave está hacer las cosas con cabeza.